Ardua tarea tuvieron los Bomberos Voluntarios en la noche del sábado, para extinguir un voraz incendio que destruyó una precaria vivienda ubicada en los fondos de un predio de calle 242 y Arenales, barrio Ruralia. 

Se desconocen los orígenes del siniestro que rápidamente se extendió por toda la construcción, en la que vivían la señora Gisela García con su hijo Jonatan Almaraz, que no sufrieron consecuencias personales producto del fuego. 

Las pérdidas fueron totales.