El Colectivo por la Memoria Lobos, realizó en la noche del jueves la Vigilia del 24 de marzo que estuvo suspendida dos años debido a la pandemia.
En la ya tradicional esquina de Buenos Aires y 25 de Mayo se reunieron militantes de dicha agrupación, de otros movimientos de derechos humanos, artistas, vecinos y, como invitado especial, estuvo Diego Barreda, quien fuera secuestrado por el terrorismo de estado y es uno de los sobrevivientes de aquel período oscuro de la historia argentina.
Diego estuvo detenido en el “pozo de Quilmes”, y compartió su testimonio sobre aquel horror que le tocó vivir.
Silvana Nicolini, en nombre del colectivo, abrió el encuentro diciendo que “nos encontramos en esta vigilia, suturando con arte las heridas que aún duelen, y esto no es más que un acto de resistencia que nos obliga a ejercitar la memoria, acto de recordar, reflexionar y concientizar colectivamente sobre las graves consecuencias de la última dictadura”.
“Hay pasados que no pasan y esta noche, en vísperas de un nuevo aniversario del golpe, aún podemos ver las secuelas de esos años de horror, en los más de 300 nietos que faltan, en el negacionismo de quienes dicen no son 30.000 los desaparecidos, en esa parte de la sociedad que insiste en la teoría de los dos demonios, en la lentitud de los juicios, en las salidas paulatinas, cobardes y silenciosas de los genocidas que aún no han cumplido sus condenas, y aún se benefician de ciertos espacios de poder”, dijo también.
“Nos convoca también la fuerte convicción de comprometernos en la defensa de los valores democráticos que este año cumplen 40 años de vigencia en la Argentina”, resaltó.
En la parte final de su mensaje, recordó a Hebe de Bonafini, referente de la lucha de Madres de Plaza de Mayo, fallecida el año pasado.
Distintos artistas locales participaron de la vigilia con sus interpretaciones en música, teatro, danza y literatura, y se proyectaron los documentales realizados por Carolina Vinay.
Y en el final, luego de entonar el Himno Nacional, fue Federica Citaroni quien llevó adelante la intervención artística para colocar el pañuelo blanco en la figura de la Madre del monumento ubicado en el centro de la Plaza 1810.