Hoy, 2 de abril de 2022, se cumplen 40 años del desembarco argentino en el irredento suelo de Malvinas, vilmente usurpado por los británicos.
LOBOS YA rinde un sentido homenaje a los héroes lobenses que ofrendaron su vida en defensa de la Patria, y a los que volvieron, los que ya no están físicamente porque por diferentes causas fallecieron en la pos guerra, y a los que continúan hoy reivindicando la gesta y difundiendo la causa Malvinas.
LOS CUATRO HEROES CAIDOS EN MALVINAS
SERGIO OMAR AZCARATE
Nació el 11 de agosto de 1962 en la ya desaparecida Clínica de Rasquetti ubicada en calle Moreno al 400.
Residía en la calle Berro 656. Cursó sus estudios primarios en la Escuela Nº 11 y el secundario en el Colegio Nacional.
Trabajó como empleado administrativo en el taller de Coco Pueblas y en el Desarmadero Lobos, propiedad de su padre en sociedad con Ferdinando Menestrina.
Fue incorporado a cumplir con el Servicio Militar Obligatorio el 17 de marzo de 1981 en el Regimiento de Infantería Mecanizado Nº 6 General Viamonte de Mercedes.
Cumpliendo servicios en la Compañía Comando Río de las Pie-dras, fue dado de baja en el mes de diciembre de 1981 y reincorporado el 6 de abril de 1982. Marchó a Malvinas el día 12 de abril desde el aeropuerto de El Palomar como apuntador de mortero, llegando el día martes 13 a Puerto Argentino.
JORGE LUIS BORDON
Nació el 19 de octubre de 1962 en el Hospital de Lobos.
Residía en la calle Constitución casi Necochea.
Cursó sus estudios primarios en las escuelas 6 y 501, trabajó como empleado en la Estancia de Merlini.
Fue incorporado a cumplir con el Servicio Militar Obligatorio el 17 de marzo de 1981 en el Regimiento de Infantería Mecanizado Nº 6 General Viamonte de Mercedes, cumpliendo servicios en la Compañía B Peribebuy.
Marchó a Malvinas el día 12 de abril como apuntador de FAL, llegando el día martes 13 al aeropuerto.
Fue destinado con su compañía a la zona del cerro Dos Hermanas, distante unos 10 kilómetros al oeste de Puerto Argentino, para detener el avance enemigo hacia esa capital.
HORACIO JOSE ECHAVE
Nació el 22 de junio de 1962 en la ciudad de Bolívar, y de pequeño vivió en Lobos.
Residía en la calle Arévalo 556.
Cursó sus estudios primarios en la Escuela 1, y el secundario en los colegios Nacional e Industrial.
Trabajó como empleado en la colocación de antenas, fue incorporado a cumplir con el Servicio Militar Obligatorio el 17 de marzo de 1981 en el Regimiento de Infantería Mecanizado Nº 6 General Viamonte de Mercedes, cumpliendo servicios en la Compañía “B” Peribebuy.
Marchó a Malvinas como apuntador de FAL con esta misma compañía, el día 12 de abril desde el aeropuerto El Palomar, llegando el día martes 13 al aeropuerto de las islas.
Fue destinado con su Compañía al cerro Dos Hermanas.
JUAN DOMINGO RODRIGUEZ
Nació el 26 de noviembre de 1962 en Coronel Pringles, llegando a Lobos desde muy chico.
Residía en la calle Angueira s/n.
Cursó sus estudios primarios en la Escuela Nº 1, trabajó en el campo Las Marías del señor Saúl Bruno, ubicado en el Cuartel IV, Arévalo.
Fue incorporado a cumplir con el Servicio Militar Obligatorio el 17 de marzo de 1981 en el Regimiento de Infantería Mecanizado Nº 6 General Viamonte de Mercedes, prestando servicios en la Compañía A “Salta”.
Marchó a Malvinas el día 12 de abril desde el aeropuerto de El Palomar como apuntador de FAL, llegando el día martes 13 al aeropuerto de Malvinas.
Fue destinado con su Compañía al cerro Dos Hermanas como Echave y Bordón.
NUESTROS VETERANOS DE MALVINAS
Agustín, Dante Abelardo
Aguirre, Luis Claudio
Azcárate, Sergio Omar (muerto en Malvinas)
Rodríguez, Juan Domingo (muerto en Malvinas)
Bardi, Héctor Hugo (fallecido en la posguerra)
Blengino, Luis Norberto
Briganti, Walter Hugo
Bordón, Jorge Luis (muerto en Malvinas)
Cabrera, Héctor Luis (fallecido en la posguerra)
Cabrera, Jorge Ricardo
Calvo Rey, Alejo Fernando
Cenas, Heraldo Ruben
Cervela, Fabián Ezequiel
Cirigliano, Raúl
Córdoba, Miguel Angel
De Paola, Alejandro Victor
Disanto, Carlos Alberto
Díaz, Raimundo
Di Lorenzo, Walter
Duarte, Juan Antonio
Espinosa, Horacio Abel
Echave, Horacio José (muerto en Malvinas)
Flor, Horacio Pascual
Guette, Ricardo Alberto
Guillenea, Rubén Darío
Herrera, Gerardo Alcides (fallecido en la posguerra)
Kumin, Daniel Alberto
Moyano, Ruben
Obregón, Miguel Angel
Olguín, Rubén Darío (fallecido en la posguera)
Onetto, Pablo Omar
Pedrotti, Jorge Roberto
Pierini, Claudio Antonio
Pomaré, Ubaldo Fernando
Raschia, José María
Reparaz, Hugo Daniel
Rossi, Marcos Juan
Rubiera, Jorge Luis
Tallaferro, Osvaldo Saúl
Sgarlatta, Fabián Osvaldo
Strizzi, Darío Elvio
Vivas, Jorge Abel
Wesner, Norberto Armando (fallecido en la posguerra)
LA GESTA DE ABRIL
Donde el mar se hace frío y el viento
se hace espuma en el agua salada,
donde el ave que vuela sin tiempo
bate airosa en el aire sus alas.
Donde el cielo se cubre de nubes
y las nubes en agua descienden,
donde ríos de piedra se funden
en parajes oscuros y agrestes.
Donde cerros de cumbres nevadas
se confunden con la húmeda bruma,
donde crecen gramíneas y matas,
donde el sol casi siempre se oculta…
Solitaria de muchos silencios,
alejada de costas fraternas,
su mensaje se llevan los vientos
que repiten estériles quejas.
No es el mismo de antaño ese viento,
el que hoy bate sus tierras heladas.
Es mas triste, mas frío y violento,
y embravece las olas saladas.
Esas aguas eternas rodean
las lejanas y oceánicas islas,
que extranjero gobierno encadena
y que nunca las llama Malvinas.
Ese viento de rabia, esa bruma,
esa tierra mojada, esos montes
esas aguas de olas y espumas,
esa niebla que oculta horizontes,
guardan graves dolores recientes,
cuidan tumbas de mártires nuevos,
velan noches de frío y de nieve
y de lluvia y de escarcha y de hielo.
Macacitos, gaviotas y cuacos,
becacinas, petreles y chorlos,
golondrinas marinas y albatros
buscan todas los jóvenes rostros
que llegaron un día de abril,
a buscar a la tierra robada,
a decirle ¡ya estamos aquí!
a las islas jamás olvidadas.
Fueron días de gloria y quebranto,
de coraje, dolor y de muerte,
donde jefes y bravos soldados
entregaron su vida a la suerte.
Del marino que en negros abismos
naufragó para siempre en los mares;
del piloto que fue al sacrificio
y estrelló su esperanza en el aire.
Cormoranes de vuelo rasante
parecían los gauchos aviones,
salpicando de espuma los aires
y enturbiando el incierto horizonte.
Y la zanja cavada en la turba,
y las aguas profundas y bravas
y el avión derribado, son tumbas,
donde yacen jirones de patria.
Tiene un nombre de gloria ese intento,
tiene un nombre con letras de sangre,
que proclama por siempre en el tiempo
del soldado argentino, el coraje.
Toda guerra conlleva un error,
pues la guerra es error por si misma;
toda guerra es tristeza y dolor,
pues a todos la guerra lastima.
Nuestros hombres marcharon sin miedo
hacia el suelo vilmente robado;
las columnas patriotas que fueron
¡eran nuestras! sin nadie alquilado.
Es por eso que el viento enojado
silba y ruge su facha de mar.
Las Malvinas, el suelo vejado,
ha empezado otra vez a esperar.
Si son nuestras por muchas razones
una nueva y eterna ha surgido;
es la sangre que en esas regiones
ha dejado el soldado argentino.
Esa sangre está allá, en las Malvinas,
para siempre, en la tierra y el mar.
Nuestros muertos las islas nos cuidan
¡hasta tanto volvamos allá!.
HERBERTO A. PIGAZZI