José Castel, que vive en calle Alberdi 1076, entre Houssa y y Lisandro de la Torre, se encontró con una desagradable sorpresa al retornar de una jornada laboral el sábado pasado.
Llegó aproximadamente a las 21,30 de un trabajo que le llevó todo el sábado, y encontró la puerta violentada con una barreta o algo similar, elemento con el que quebraron la cerradura.
La víctima encontró todas las luces encendidas, entró a la casa, no quiso ir al primer piso donde están las habitaciones por temor a que los delincuentes estuvieran ahí, llamó a su pareja que vive a media cuadra, llegaron los familiares, llamaron a la policía y rápidamente concurrieron tres móviles.
Los efectivos revisaron todo, comprobaron que no había nadie, y llevaron tranquilidad a Castel.
El damnificado confirmó que no le robaron nada pese a que dejaron elementos preparados como para llevarse, y quizás algo los puso en alerta y se dieron a la fuga.
“Siento una gran impotencia de ver todo revuelto y tirado, colchones, mesas de luz, toda la ropa, la cocina y el comedor también”, dijo Castel agregando que “un garaje pegado a la casa también quedó revuelto”.