
El sábado pasado, en Portón 641 Cultural, tuvo lugar una nueva velada del ciclo de Monólogos “Mundos Fragmentados, historias en primera persona”, que organizan el Taller de Actuación Lobos y Portón.

Otras cuatro presentaciones muy lucidas, con notables desempeños de los protagonistas, y con temáticas diversas para entretener y hacer pensar al público que se llegó hasta el espacio de calle Rivadavia en muy buen número.
Carmina Falcetelli abrió el espectáculo con “Se dice”, una acción performática sobre decires, sentires, pensares de personas en un espacio psicoterapéutico.
La intérprete fue también la directora de la puesta en escena.
El segundo unipersonal estuvo a cargo de Lucila López Echagüe que encarnó a Olenka, el personaje inspirado en el cuento “Una buena mujer” del célebre Antón Chejov, con dirección de Sabrina Frontera.
El planteo del amor es el centro del monólogo, y esa mujer que puede ser de cualquier nacionalidad, tiene opinión propia y propone pensar si una mujer es buena porque ama o porque no ama demasiado.
En la segunda parte, tras el intervalo, y siempre con la presentación de Rocío Rodríguez, fue Cristian Biroccio el protagonista y director de “Charquito”, un unipersonal que explora la mente atormentada de un ser atrapado entre la soledad, la frustración y la necesidad de encontrar sentido en un mundo donde todo parece desmoronarse.
La obra se sumerge en los recovecos de la mente humana, donde el dolor y el tedio son los protagonistas, llevando al espectador a un espacio de reflexión sobre el vacío existencial y el deseo de venganza.
Finalmente, Amalia Ravina, dirigida por Alba Virgilio, ofreció “No lo digas por favor”, primer episodio de una saga de 4 que abordan historias de amor.
Esta puesta en escena se construye en la escenificación de presencias, distancias, abandonos. El amor, el desamor, la adolescencia, la juventud y la adultez, son recortes y residuos de lo que fue, lo que podría haber sido y de lo que nunca fue.