Es sábado, son las 9 de la noche y estoy haciendo la cola para entrar a un evento en Lobos, provincia de Buenos Aires. Vivo en Capital pero no voy al teatro hace años.
Cuando pienso en una presentación “de pueblo”, mis prejuicios me hacen pensar en algo solemne y de poca calidad técnica. El flyer, muy moderno, choca con esta idea. No sé nada de arte, así que solo escribiré sobre mis sensaciones y mis prejuicios.
La fila no lleva a un teatro, sino a una cancha de básquet. Al ingresar, se ven todos los trofeos ganados por el club en diferentes vitrinas. Parece ser un club importante, son muchos trofeos. Vamos a reírnos del deporte en su propia casa.
En un costado está estacionada la moto Zanella de Ceu, mi amiga, que actúa en la obra y es la razón por la que estoy ahí. Me entusiasma ir a ver a una amiga que hace arte. Es como conocerla de nuevo, permitirle ser otra en el escenario además de la que habita este pueblo hace años.
Nos distribuyen por las gradas de la cancha, una cancha hermosa, piso de madera, que tiene de fondo carteles con los distintos anunciantes de Lobos. Abajo de cada aro, un grupo de 10 ensaya un exagerado calentamiento de previa de partido.
Suspiros, gritos, miembros estirados o contraídos, caras de concentración, miradas intensas, serán la materia prima de lo que vamos a ver en los próximos ¿40 minutos? No sé cuánto duró, pero se me pasó volando. El vestuario, simple y bello, destaca dos equipos, azules y rojos. Dos equipos que irán interpretando distintas escenas bajo las órdenes de la entrenadora. Alba Virgilio, que es también la directora de la compañía Experimental Movimiento, opera desde el borde de la cancha con un silbato y un micrófono.
No voy a contar lo que sucede, hay que ver la obra. Es danza contemporánea. Casi un oxímoron si seguimos analizando prejuicios y pensamos que la danza es una nena con calzas en puntas de pie.
Vayan a verla y disfruten de las luces, la música y la maravillosa composición, que demuestra, sobre todo, la importancia de la conducción y el trabajo colectivo por sobre cualquier destreza individual. Con este espíritu en movimiento, ¡me dan unas ganas de venir a vivir a Lobos!
Sábados de abril a las 21hs, en Lobos Athletic Club, Castelli y Salgado (Cancha de Básquet).