Las “reliquias” tuercas de mediados del siglo pasado, volvieron a brillar el fin de semana en una nueva edición, la séptima, de la Vuelta de Lobos.
Hubo 42 baquets participando en esta carrera de regularidad que tiene una significación que va mucho más allá de quien sale primero o último.
Además de pasar un fin de semana con disfrute total, afianzando la camaradería y recorriendo la geografía interior de la provincia, se concretan también cruzadas solidarias que hablan muy bien de los protagonistas.
Esta séptima edición tuvo como ganador a Walter Birocho, y el binomio lobense Eugenio Bennásar-Lorena Baiocco terminó entre los 10 primeros.
La nota saliente fue el aporte realizado a la Escuela Primaria N° 29 de La Porteña, donde almorzaron el sábado, donándole el dinero para el techo del patio del establecimiento.
Federico Mancini, coordinador y alma mater de las Baquets, relató el trayecto de 390 kilómetros: “la prueba se inició el sábado en la Ruta 3, en Cañuelas, fuimos a Udaondo y luego a la confluencia de las rutas 3 y 41 tomando luego hacia Abott, almorzamos en la Escuela Primaria N° 29 de La Porteña, entregando la donación para el techo, cruzamos otra vez la 41 gracias a la gentileza de los dueños de El Quemao que nos dejaron ir por dentro del campo, llegamos a Barrientos, luego a Begueríe y Roque Pérez, tomando otra vez el camino de tierra para ir a Salvador María y pasar la noche en la Laguna, cenando en la Junta de Fomento de la villa”.
“Y el domingo a la mañana largamos desde la estación de la Laguna a la estación de servicio de la 205, de ahí a Carboni, Elvira, Sol de Mayo, pasamos por La Lechuza y tomamos la 41 con destino al final en Lobos”.
“El balance es espectacular, la convocatoria de la gente, esto nació con el apoyo de mi señora a quien hoy no la tengo, pero es enorme el respaldo de la gente que nos acompaña. Lo hacemos sin fines de lucro es todo laburo y las ganas de encontrarnos”, concluyó Mancini.