En el flamante SUM de la Casita del Niño Parroquial, y con un numeroso marco de público, el Padre Roberto Giecco, Párroco Emérito de Lobos, brindó su testimonio de los 50 años de acción sacerdotal en nuestra comunidad.
El encuentro fue organizado por el Grupo de Apoyo a la Cultura en el ciclo de sus cafés literarios, y contó con el brillante aporte del coro femenino Cuerdas Corales, creado y dirigido por la profesora Mónica Cortesi.
El sacerdote fue ovacionado cuando se acercó al lugar que le prepararon para su exposición que duró poco más de media hora, sumándose luego las preguntas de los asistentes, finalizando la reunión con café y tortas.
El Padre Roberto comenzó recordando que “mi frase de ordenación sacerdotal fue “Padre consérvanos en la verdad, tu Palabra es la verdad”.
“Para mí era esa la propuesta, el ideal que quería alcanzar un día en mi vida sacerdotal. Y hoy, al cabo de 61 años de sacerdocio, acá 50, puedo preguntarme he vivido esta propuesta, me he consagrado a la verdad, a la Palabra?, Dios dirá cuando me presente ante él”, agregó.
Giecco hizo un recorrido de lo realizado y logrado en su gestión en la comunidad lobense, y no dudó en señalar que “en estos 50 años he intentado, con ustedes, consagrarme en la verdad, vivir y predicar la palabra de Dios de todas las formas posibles”.
Aseguró que “mi consigna fue que todos los esfuerzos posibles tendieran a crear comunidad, ser familia, ser hermanos y miembros de la Iglesia”.
“Yo no estaría acá si no fuera por ustedes, el aplauso para mí es el aplauso para ustedes y para la gracia de Dios”, enfatizó Giecco.
“El instrumento principal de mi tarea pastoral aquí y en otras partes, fue sin dudas la Catequesis, el instrumento para que la palabra de Dios sea conocida y vivida”, resaltó el sacerdote.
Reseñó el trabajo de Catequesis, remarcando que durante 18 años fue director diocesano; los Cursillos de Cristiandad, los Retiros de hombres y mujeres; la Casa del Niño de la Parroquia; Liga de Madres de Familia; Cáritas; Plan de Renovación Parroquial con las recordadas cartas a los cristianos distribuidas por 300 mensajeras.
Entre las preguntas que le formularon, calificó al Papa Francisco con un 9 y dijo que “me hubiera gustado haber llegado a más hermanos que no conocen a Jesús, que están lejos de la Iglesia”.