Una sensación de desprotección y un reclamo unánime a las autoridades para que tomen medidas concretas, es lo que hoy se palpa en la comunidad, a partir del descontrol nocturno que es una realidad sin exageración alguna.

Los últimos acontecimientos que han motivado quejas en las redes sociales, muestran un panorama por demás preocupante, y los vecinos consideran que no hay una respuesta fuerte y decidida de quienes nos gobiernan y nos tienen que proteger.

DESORDEN Y DESMANES DE MADRUGADA

En la madrugada de este domingo pasado, hubo desmanes y desorden en diferentes sectores.

En la Plaza del Cañón, barrio FONAVI, juntada con abundante consumo de alcohol, gritos y música que perjudicó el descanso del vecindario.

Algo similar se dio en calle Salgado, a escasos metros de la Comisaría, con las primeras luces del domingo, cuando un grupo comenzó a proferir gritos en la esquina de Castelli, cortando el tránsito y despertando a los vecinos que estaban descansando.

Una vecina aseguró: “me crucé a la comisaría y la oficial que me atendió me contestó que estaba sola que no podían hacer nada, una locura total estamos a la buena de Dios”.

En la Plaza Martín Fierro de Empalme, el vecindario asegura que las juntadas y desmanes son habituales, por lo que no les sorprendió el hecho sacrílego del fin de semana cuando destrozaron una imagen de la Medalla Milagrosa en el jardín de San Vicente Pallotti.

Y hay que recordar los daños e intento de robo, también a escasos metros de la Comisaría, en los primeros días del año, con tapas de medidores rotas y una puerta dañada.

LOS RUIDOS INSOPORTABLES DE LAS MOTOS, MOVILIZACION EL JUEVES

En la zona del cruce de Yrigoyen y Arévalo, y en dirección a Empalme, los vecinos dicen estar hartos de los escapes libres y picadas de motos  por las noches, durante días hábiles o fines de semana, ruidos estridentes que se escuchan en otras zonas de la ciudad.

Y por ese motivo decidieron autoconvocarse este jueves 23 a las 20 para manifestar su reclamo a las autoridades.

Cabe recordar que también en la zona de la Plaza Tucumán las motos hacen lo que quieren.

La alarma y preocupación se potencian con el silencio oficial, porque nadie sale a decir nada, al menos a explicar porqué no se actúa, como correspondería que lo hicieran ya que en definitiva son empleados del pueblo.

La noche en Lobos está en un estado por demás crítico, y la gente está realmente cansada, harta.