Dos misas de Nochebuena se oficiaron ayer en el Templo Parroquial, para permitir que mayor cantidad de fieles pudieran participar.
En la HomilÃa de la misa de las 19, el Párroco Claudio Mosca resaltó que “hoy debemos reconocer más que nunca que Dios Salva, nos salva en la simpleza, en la humildad, en la cotidianeidad y la vida de una familia, Dios no usa caminos extraordinarios ni mágicos, salva y lo hace a través de un niño, de un hijo”.
“Pensar el misterio de que Dios está con nosotros es lo más grande que tenemos para celebrar esta noche”, resaltó Mosca, tras lo cual afirmó: “uno podrÃa preguntar ¿de verdad Dios está con nosotros en medio de esta tragedia que vivimos, en el miedo que hemos pasado y seguimos pasando, en tanta enfermedad que nos rodea, en tanta pobreza, en tantas ausencias?. SÃ, Dios está con nosotros y se hace cercano de muchas maneras y a través de muchas personas”.
“Dios está con nosotros en la familia, en los afectos, en los amigos, en la gente que queremos y con los que queremos estar, en tantos hermanos que en este tiempo, tan o menos conscientes, han hecho el bien, en tantos trabajadores de la salud que le han puesto en nuestra ciudad horas y horas de laburo para aliviar los dolores, Dios está en esas manos, en esos labios, en esos ojos, en esos hermanos que curaron, aliviaron, acariciaron, consolaron, Dios está en aquel hermano que me abrazó en el dolor o el que supo transmitirme una palabra de aliento”, enfatizó el Párroco.
“Dios está en el servicio que hizo Cáritas en cada familia que ayudó y en cada hermano de la comunidad que supo poner su granito de arena para llegar a la casa de otro, a través de Cáritas, o de cualquiera de los servicios que hemos hecho. Dios está en esa mano que se tendió con una bolsa de alimento o con un cucharón lleno de guiso, Dios está en esa cercanÃa del que puede compadecerse con el otro, en cada hombre, en cada mujer que, aunque no confiese la fe, supo tener gestos de solidaridad y servicio para con los otros”, añadió.
“No debemos ahogarnos en la tristeza ni cegarnos en la oscuridad del miedo o la indiferencia. La presencia de Jesús en Belén, debe ser una presencia que ilumine nuestra vida y nos haga descubrir que El está con nosotros, que no se borra”, destacó.
Por razones obvias no se realizó el rito de besar la imagen de Jesús recién nacido. El Padre Mosca recorrió el Templo llevándola en sus manos para que los fieles la contemplaran.