La APAL dio a conocer un documento cuestionando la propuesta del laboratorio contratado por el Municipio para el análisis ambiental del impacto de plaguicidas en el partido de Lobos. El texto es el siguiente:
Las autoridades municipales han encomendado en el mes de noviembre, un estudio de plaguicidas en el ambiente de Lobos, al laboratorio CEPROCOR (de la provincia de Córdoba).
Con el objetivo de responder a las preguntas que surgen en la comunidad en relación a la propuesta presentada y los plaguicidas en estudio, se resumen aquí observaciones sobre el diseño del muestreo y se realiza una comparación con el estudio que realiza el laboratorio de INTA Balcarce.
Los responsables de la propuesta son la Dra. Edda Villamil y el Dr. Alexis Benatti y en el diseño del muestreo incluyen: análisis de arsénico en agua de consumo humano, y contaminantes de origen agropecuario en muestras de agua de consumo humano, superficial y en suelos.
Como primera observación, se dejan afuera otras matrices ambientales como: el tejido vegetal y el agua de lluvia que dan cuenta, de manera indirecta, sobre el grado de contaminación del aire, otra de las vías de acceso de los plaguicidas a los seres humanos y el resto de los organismos.
Por otro lado, en la propuesta se afirma que Lobos es “una zona agropecuaria, donde son habituales las aplicaciones de productos agroquímicos o plaguicidas (…).
Debido a estas actividades es posible que exista contaminación ambiental, especialmente si no se respetan las Buenas Prácticas Agrícolas (BPA) y también que se produzca contaminación de fuentes de aguas destinadas al consumo humano” (cita del presupuesto).
Sobre este aspecto, se señala el especial énfasis en las BPA sobre las que es muy importante aclarar que el uso intensivo de agroquímicos en Lobos se implementó a mediados de los 90 y la inclusión de las BPA en la producción agrícola extensiva se inicia recién en el año 2018.
Si bien existe un marco legal nacional, su aplicación en la Provincia de Buenos Aires se encuentra suspendida por la prórroga de la Resolución 246/20182 .
Esto significa que la detección de agroquímicos en las diversas matrices, no responden a “defectos en el manejo de los contaminantes”, sino justamente al uso intensivo (sin regulación ni control) y al “efecto deriva”, por el cual las moléculas se distribuyen en los distintos componentes del medio ambiente.
Por otro lado, específicamente en relación a la comparación de los plaguicidas estudiados por CEPROCOR y el laboratorio de INTA Balcarce, se observan las siguientes conclusiones, para el caso del AGUA:
Si bien CEPROCOR ha presentado una extensa lista de plaguicidas a analizar, en total 141, en la actualidad se hallan prohibidos o restringidos en su uso 33 de ellos (ver Anexo al final), de los cuales 28 tienen prohibición total para el territorio nacional. ¿Con qué objeto se analizan?.
Por otra parte, de las 47 moléculas plaguicidas de uso actual buscadas por INTA Balcarce en agua, CEPROCOR solo buscará 21, menos de la mitad (44,7%), dejando más de 20 principios activos y productos de su degradación fuera de análisis.
En relación a 20 de los plaguicidas ya detectados en el agua de Lobos por parte de INTA Balcarce, en la primera etapa del monitoreo (etapa de otoño-invierno), CEPROCOR sólo buscará 10, es decir sólo la mitad de los ya detectados en el monitoreo del INTA. En relación al agua corriente, INTA Balcarce detectó que 3 de los plaguicidas superaron el umbral para el agua corriente de red pública en la Bomba 19, acorde a los parámetros de la Comunidad Europea:
En la realidad del ambiente de Lobos, no debe perderse de vista que el arsénico ya es un contaminante natural del agua, por lo que se vuelve de extrema importancia conocer de manera exacta la presencia de otros agentes contaminantes, ya que tienen un efecto sinérgico, con afectación probada sobre la salud humana en su consumo crónico (en pequeñas dosis).
En este sentido, interesa analizar la propuesta realizada al Municipio por el equipo de Villamil, y la hipótesis incluida para el agua superficial, y su injerencia en la vida acuática y salud humana.
En la propuesta se realiza la siguiente afirmación: “Otro aspecto a considerar es investigar contaminantes en algunas fuentes de aguas superficiales, dado su posible impacto en la biota acuática. Por otra parte permitirá estimar el impacto o no de la aplicación de los agroquímicos en la zona y efectuar un seguimiento en el tiempo a fin implementar o no medidas correctoras.
Surge entonces el interrogante sobre cuál fue el real objetivo al contratar a CEPROCOR, un laboratorio que posee una capacidad técnica inferior frente a otros laboratorios de probada experiencia y seriedad de la provincia de Buenos Aires, pues en resumen: CEPROCOR no rastreará una buena proporción de contaminantes de uso actual, tampoco la presencia de contaminantes ya detectados en el agua de Lobos, y sí rastreará más de 30 que están prohibidos o restringidos en la actualidad.
Por otro lado, maneja umbrales de menor sensibilidad que los establecidos por la Comunidad Europea, actual referente en la materia, y se resalta este aspecto, dado que la normativa Argentina es obsoleta y no existe en la actualidad perspectivas de cambio en el corto plazo.
Por lo expuesto, se considera muy inapropiado tomar decisiones donde está en juego la salud pública, a partir de las fallas descriptas tanto en el diseño experimental, con hipótesis que sientan sus bases en un estudio de aproximación y con menor capacidad técnica, como el que realizará la Dra. Villamil, utilizando el laboratorio CEPROCOR.