Como ocurriera en el comienzo de la Semana Santa con la masiva concurrencia en los oficios del Domingo de Ramos, los días principales de la máxima festividad  cristiana también tuvieron un imponente marco.

El Jueves Santo, los sacerdotes Luis Mena y Roberto Giovanettone lavaron los pies a 12 miembros de la comunidad, desde un bebé, pasando por adolescentes, jóvenes y adultos.

También renovaron su servicio los Ministros de la Eucaristía incorporándose María Elena Belardinelli y Pablo Apella. Y la Homilía, muy profunda y clara, estuvo a cargo del Padre Roberto Giecco.

Luego de la misa se realizó la Adoración al Santísimo con una hora para cada uno de los grupos de la Parroquia, culminando con el aguante de los jóvenes que asistieron en un notable número.

El Viernes Santo también fue mucha gente al Vía Crucis de los niños que se realizó dentro del Templo, y a la celebración de la Cruz por la tarde. Cientos de fieles caminaron por la noche desde la Capilla San Cayetano hasta el Templo, en el Vía Crucis procesional que organizó ese lugar de culto y las mujeres de Retiro, y en el que participó activamente Damián Vignolo encarnando nuevamente a Jesús.

El cierre de la caminata tuvo una estampa conmovedora, con Jesús en brazos de María (encarnada por Fabiana De Olaso).

La Vigilia Pascual se celebró en la noche del sábado con el Templo colmado, y las misas de Pascua del domingo en Hospital, Templo y Laguna, reunieron también a numerosas concurrencias que con mucho fervor festejaron la Pascua de Resurrección.

En Empalme y la zona rural fue igualmente notable la adhesión de la feligresía en las diferentes celebraciones realizadas.

El Padre Mena, en la Homilía de la Vigilia Pascual, reflexionó que “hoy Dios quiere que nos unamos a su Resurrección, quiere hacer de nosotros hombres y mujeres nuevos, nacidos de la gracia, quiere que resurja en nosotros aquello que nos hacer ser buenas personas, para poder ser buenos cristianos”.