Fundada el 8 de febrero de 1960 por un grupo de vecinos convocados por el entonces Senador Adalberto Oscar Mársico, la Sociedad de Bomberos Voluntarios de Lobos cumple hoy 64 años de existencia.
A las 21 se realizará el acto protocolar en el cuartel central, luego del tradicional homenaje a directivos y bomberos fallecidos que se realizó en horas de la mañana en el Cementerio.
La lluvia copiosa de ese momento obligó a realizar la recordación en la Capilla de la necrópolis, donde habló el secretario de la institución, Eduardo Anaya.
“Todos los años rendimos homenaje a las personas fallecidas que han estado vinculadas con la institución, hoy el clima no permite que lo hagamos en el panteón, pero la ofrenda floral que hemos traído será colocada allí”, comenzó diciendo el dirigente.
Luego remarcó que “Recordamos a quienes formaron parte de nuestra historia, personas probas y altruistas que dispusieron con pasión su tiempo y bienestar, para crear y hacer crecer nuestra institución”.
“Aquellos a quienes conocimos por su dedicación y desinterés, nunca mueren. Ellos caminan a nuestro lado cada día, sin ser vistos ni escuchados, pero siempre están cerca, aún son recordados, extrañados y queridos”, enfatizó Anaya.
Y concluyó: “vaya para ellos nuestro recuerdo y reconocimiento”.
“CREO QUE LOS BOMBEROS EN UNA COMUNIDAD SON UNA BENDICION”
Luego Anaya invitó al Padre Luis Jáuregui que concurrió como hijo de uno de los fundadores y redactor del acta fundacional, Carlos Ruben Jáuregui, fallecido en septiembre de 2023, a compartir una reflexión y bendecir a los bomberos.
El sacerdote dijo que “solemos decir en la Iglesia que hay cosas que se bendicen con el uso, que no hace falta bendecirlas porque el uso al que se destinan son tan sagrados que no hace falta la bendición”.
“Creo que los bomberos en una comunidad son una bendición, porque fundamentalmente tienen como opción de vida la entrega por el otro gratuitamente, esto en los evangelio y las enseñanzas de Jesús es fundamental”, remarcó luego.
Y finalmente manifestó: “esto vale como un momento lindo de gratitud y bendición, gratitud a los que pasaron, gratitud para los que todavía están, que siguen brindando este servicio tan esencial a la comunidad, porque es cierto que uno suele recordarlos en momentos difíciles o de dolor, pero lo importante es que estén siempre y con esa actitud, por lo que ahora le pedimos a Dios la bendición por la institución, y el eterno descanso para los que ya pasaron por esta vida de servicio”.