
Tal como estaba anunciado, el Grupo de Apoyo a la Cultura estrenó una nueva propuesta en el marco de su Café Literario.

Bajo el título de “Hombres de Lobos”, cuatro vecinos compartieron los testimonios de sus vidas y realizaciones, en una amena charla con el salón de eventos del primer piso del SPA Aquae Sullis colmado de asistentes.
Luego de las exposiciones de los cuatro protagonistas, Guillermo Dinomo, con su grupo teatral, ofreció un divertido sketch, “La Torta de la Novia”, que hizo reír mucho a los presentes.
CARLOS JAUREGUI
Carlos Jáuregui inició el encuentro diciendo, con visible emoción, que “me siento realmente bendecido por Dios por todo lo que me ha regalado a lo largo de mi vida, el orgullo de los padres que me dio, el orgullo del hermano que tengo, de la mujer que puso en mi camino para ser mi compañera y mi sostén, el orgullo de mi hija del corazón, Nadia, de toda mi familia, de los hermanos de la vida y de esas dos personitas que hoy ocupan el centro de mi vida, Felipe y Vicente”.
Recordó que sus inicios en su pasión, el periodismo, se dio en séptimo grado de la Escuela Primaria de la mano de la docente Mechi Cottier haciendo un periódico escolar, y que en mayo de 1974 comenzó su trayectoria en el entonces diario Redacción 74.
Después llegarían el Periódico Lobos junto a su tío, Luis Troiano, Emisora Lobos fundando Radiodeportes 76 (junto a sus compañeros de secundaria Daniel Suárez, José Crespo y Roque Piersantolini), y luego sumándose como periodista a la radio, ser el conductor del primer informativo en la historia de la televisión lobense, el 1° de octubre de 1987 con la primera emisión de Canal 4, también mencionó su incorporación al Semanario La Palabra convocado por Omar Blasco en 1982, y su regreso en 2015 hasta la actualidad, el paso por Radio Cuenca del Salado y Radio Lobos, y su actual trabajo también en medios digitales.
Habló del teatro en el que debutó en 1978 con el Negro del Buono en El Teatrito, y de las experiencias con Luis Barbieri en el Grupo A Escena y con Guillermo Dinomo con quien volverá a las tablas desde el sábado 7.
Refirió como momentos inolvidables la nota al entonces Presidente Alfonsín en su despacho de Casa Rosada, las entrevistas a René Favaloro y a Diego Maradona, el viaje a Filipinas becado por el Rotary, y la jornada memorable que permitió recaudar más de un millón de pesos para construir la terapia intensiva del Hospital.
También mencionó su participación durante muchos años en la organización de la Fiesta del Día del Niño, y la vocación de servicio que le inculcaron sus padres, traducida en la presidencia de ADIM cuando falleció su mamá, y también la dirección de Cáritas durante 3 años, entidades a las que aún pertenece.
Finalizó su exposición con una muy risueña anécdota que involucra a quien es su esposa desde 1990.
GUILLERMO DINOMO
Guillermo Dinomo comenzó diciendo que “tengo 65 años, estoy casado con Silvina Gallo, tengo un hijo, Gonzalo, y dos nietitas”.
“Mi vida transcurrió con varios trabajos, chofer de ómnibus de turismo, Electromac, y tengo dos grandes pasiones, la aviación, que comencé en 1983 recibiéndome de piloto y mi gran deseo era ser aviador naval, pero por cuestiones de la vida no pude, me formé con gente muy inteligente como Pito Angeleri quien me formó de manera excelente; y la otra pasión es el teatro que empecé en agosto de 1974, cuando tenía 15 años, en la calle Arenales donde hoy está la UEL, donde era la gomería de Dinomo”, relató quebrándose por la emoción.
“Un día hacía falta un personaje para la obra “No se achique Don Nicola”, me pintaron para hacer de un hombre casado con tan corta edad, y de ahí no paré más, especialmente desde el año 89 cuando el grupo se vino a la Biblioteca Sarmiento”, siguió contando.
“Genaro me llama un día, en el año 1999, estaba practicando bandoneón, y me dijo que el día que él no estuviera más, quería que yo siguiera, y acá estoy, cuando él falleció me hice cargo del teatro, y han pasado unas 45 obras”, destacó.
Compartió una anécdota ocurrida con una obra teatral en Ernestina, con el olvido de la letra, la definición de la pieza como se pudo, logrando igualmente el aplauso y las risas del público.
Y concluyó: “ha sido una experiencia bárbara lo que ha pasado en mi vida, y lo peor que me pasó fue cuando nos movilizaron en el año 1978, y estuvimos a minutos de la guerra”.
PABLO ADENDAÑO
Conmovido cuando habló de su familia, especialmente de sus padres que estaban orgullosos escuchándolo en el salón del SPA, Pablo Avendaño refirió que “soy hijo de Marta y Hugo, hermano de Laura, papá de Diego y pareja de Adriana”.
“Soy un ferviente defensor de todo tipo de instituciones que busquen mejorar la calidad de vida de las personas. Hoy fui convocado por ser el presidente de Rivadavia y por formar parte de la comisión del Hogar de Ancianos”, enfatizó.
“Mi vida está trazada por Rivadavia, mi abuelo y mi padre fueron presidentes, la mamá de Diego fue presidenta, el club es todo para mí, nací ahí adentro, mi infancia y mi adolescencia pasaron allí, y en el club hice de todo, desde jugar al fútbol como podía, disfrazarme de Rey Mago y repartir juguetes a los chicos, fui miembro de distintas comisiones, y después de vivir más de 20 años en Buenos Aires, volví y me propuse ser presidente del club que estaba caído después de la pandemia y había que recuperarlo”, siguió relatando.
“Rivadavia tiene una estructura tremenda, más de 18 actividades culturales y deportivas, más de mil personas haciendo deporte en el club, y todo lo hecho es un colectivo ce gente que labura todos los días”, precisó.
“Soy presidente desde el 2020, es mi segundo mandato, tenemos muchas disciplinas, la biblioteca, un anexo de la Escuela Primaria de Adultos desde el año pasado, el trabajo es gigante y mi forma de conducir es delegar para que todo funciones, y trabajan en el club más de 120 personas, es un día a día tremendo y por eso atrás de personas que hacemos esto en instituciones sin fines de lucro, hay factores fundamentales como la familia que nos tiene que bancar todo y nos bancan”, añadió.
“Y desde principios de año, Gabriela Ramos me involucró en otra locura que es el Hogar de Ancianos, era socio, no conocía mucho del funcionamiento, pero encontré un lugar fabuloso que cumplirá 150 años el año que viene. Nada más lindo que trabajar por los adultos mayores y ver cómo les podemos cambiar la vida”, remató.
Y su anécdota involucró al siempre recordado Juan José “Chiche” Scasso.
ROQUE COSTA
Roque “Quito” Costa fue el último en exponer, contando que “nací en Ciudadela hace 64 años, soy hijo de Cholo y Teresa, que ya no están conmigo lamentablemente y son todo para mí”.
Habló con mucho sentimiento de su infancia y adolescencia recordando que “desde mis 3 años y hasta los 16, nos vinimos a vivir al campo, entre Lobos y Uribelarrea, por el camino viejo, con alguna carencias suplantadas por el amor de mis padres, porque mi cama eran dos tablones sobre 4 troncos, piso de tierra, calefaccionados con un bracero y calentando la cama con ladrillos”.
“Quedé como hijo único, soy mellizo pero mi hermana falleció de un año y medio, y habían perdido mis padres a otra hermana de 7 meses, y ellos llevaron adelante la familia y me formaron con valores de trabajo, amor y lealtad”, dijo.
Recordó que cursó la Primaria en la Escuela 18, hoy cerrada, a la que iba a caballo o en bicicleta, y que en el momento de ingresar en el nivel secundario pudo convencer a sus padres de hacerlo en el Industrial, pese a la oposición inicial.
“En 1974 comencé esa etapa, me levantaba muy temprano y salir para la ruta en caballo o bicicleta para tomar el 88 y llegar a la escuela, y en el año 1976 mis viejos se vienen del campo a Lobos y ya comienza otra experiencia hasta 1979 cuando me recibí”, refirió.
“El Industrial me cambió la vida, encontré un escenario totalmente desconocido, y ese grupo de gente me dio hermanos de la vida y amigos que mantengo, fui tremendamente acompañado y contenido”, confesó.
Y siguió: “mi objetivo era ser Ingeniero, hice el curso de ingreso y empecé a cursar mudándome a Capital, a la casa una tía, trabajando durante el día y cursando la carrera, lo hice por dos años, y un día llamaron para comunicarme que se había enfermado mi padre, y tuve que hacerme cargo de mi casa, me vine, pasé por distintos trabajos hasta que un día aparecen en mi casa dos profesores del colegio, Alberto Lucavalli y Carlos Bony, invitándome a dar clases en el colegio, y allí comenzó mi carrera docente, hasta llegar a ser el primer director egresado de la escuela”.
También hizo mención a sus trabajos en el Ministerio de Educación de la Nación, en la Dirección General de Escuelas bonaerenses, fue el primer Director de Educación Técnica de la Provincia, fue Viceministro de Educación en Santiago del Estero, y en el plano local Concejal y Consejero Escolar, y actualmente responsable del Centro Universitario Regional.
Finalmente hizo referencia a la creación de la Asociación Sanmartiniana Coronel Dionisio Urquiola de Lobos, de la que fue protagonista y forma parte de la misma luego de haber vivido la experiencia de cruzar la Cordillera de los Andes.