Con una notable concurrencia de fieles en todos los oficios programados por las parroquias de Lobos y Empalme, se inició la Semana Santa conmemorando el Domingo de Ramos, la entrada de Jesús en Jerusalén.
En las misas de la Capilla del Hospital y de la Laguna, en la mañana del domingo, ambos lugares de culto estuvieron colmados de vecinos que se llevaron sus ramos bendecidos.
Y la celebración central de la Parroquia de Lobos, fue multitudinaria, con una procesión iniciada en Alem e Hiriart que ocupó una cuadra, y que culminó con la Misa en el Templo totalmente repleto.
El Párroco Mena dijo en su mensaje que “los cristianos no recordamos lo que pasó, hacemos memoria, con la gracia de aquel acontecimiento traído a la vida de hoy”.
“El dolor de tanta gente que atraviesa una enfermedad, o que está sin trabajo, el dolor del hambre de tanta gente forma parte de la realidad hoy, y la necesidad de morir a lo que nos impide ser mejores cristianos, morir a mi egoísmo, a mi soberbia, y realmente resucitar con Jesús”, resaltó Mena.
En el final de la Misa que concelebraron los sacerdotes Roberto Giecco, Roberto Giovanettone y Sebastián, de FASTA, el Párroco reiteró la invitación especial para acompañar la representación de la Pasión, el martes 15 a las 20,30 en la sede del Centro Nativo Acuyai.
También en cada una de las celebraciones que estaban previstas en Empalme y la zona rural que está a cargo del Padre Cari, la presencia de fieles fue muy numerosa, acompañando con fervor cada una de las manifestaciones.
