Se realizó en la mañana de este sábado patrio, el acto oficial por un nuevo aniversario de la revolución de 1810.

Fue presidido por el Intendente Jorge Etcheverry, y comenzó con el Himno Nacional y la oración guiada por el Párroco Luis Mena.

Tras leer conceptos pronunciados por el Arzobispo Scheinig en el Tédeum en la Catedral de Mercedes, Mena sostuvo que “hoy somos nosotros los que tenemos que seguir adelante con las ideas que inspiraron a esos hombres y que nos llevaron a ser una nación libre”.

“Hoy somos nosotros, ciudadanos y autoridades, responsables y protagonistas de la Argentina que estamos creando, y por eso hoy desde la fe para los creyentes imploro la protección y la bendición de Dios, extensiva a todo hombre de buena voluntad que sabe lo que es luchar por un país”, añadió el sacerdote.

Posteriormente se lucieron con sus números artísticos alumnos de la Casa del Bicentenario, del Jardín de Infantes 904 “Juana Carmen Nelly Troiano” y de la Escuela Primaria 5 “Almafuerte”.

Y en el cierre, habló la directora del Jardín 904, Nerina Romero, con estos conceptos.

“Como cada año, esta fecha nos interpela e interroga acerca de los sentidos de lo colectivo, de lo común, de los lazos que nos vinculan y del compromiso compartido para afrontar los dilemas del presente y el futuro. Si una nación es una comunidad imaginada, la revolución es el inicio concreto y simbólico de un proyecto que, a más de doscientos años, nos sigue convocando para trabajar por la comunidad y el país.

La interpretación de la Revolución de Mayo fue variando a lo largo de nuestra historia en sintonía con las demandas sociales, los derechos en disputa y los desafíos de cada momento de la sociedad argentina.

Esto nos invita a reflexionar en torno a algunos interrogantes: ¿qué preguntas nos hacemos acerca de nuestro pasado como nación?. Cuando pensamos los sucesos de mayo de 1810, ¿desde dónde lo hacemos?. Porque una nación se construye con valores, con el esfuerzo de todos y por sobre todo con educación.

Aquella revolución abrió un escenario sinuoso donde se puso en disputa la edificación de un orden nuevo por medio de la acción política y de una guerra que movilizó a vastos sectores de la sociedad en todos los rincones de la América hispana. Esta nueva coyuntura dio lugar a disputas sociales y políticas en torno a la forma que debía adoptar el nuevo orden El desarrollo de la guerra y la acción política de vastos sectores de las elites y de las clases populares constituyeron un basamento en común, una experiencia social igualitaria que finalmente daría lugar a la nación, haciéndose realidad el anhelo de un puñado de hombres que por amor a la Patria, que es la nuestra, decidieron aunar criterios y dejar las diferencias de lado. Muchos de ellos pudieron pensar que sería imposible, que nunca la conseguirían y sólo hubiera sido un gran proyecto.

Otros pudieron bajar los brazos a mitad de camino por tantas dificultades que se presentaron… pero esto no ocurrió, porque con todas sus fuerzas estos hombres decidieron luchar por la libertad. Seamos dignos de su ejemplo, aun en nuestras diferencias. Seamos personas de bien que velen por un país para todos.

Que la libertad permanezca en nosotros y que los buenos ejemplos perduren en la memoria y en el corazón de nuestros hijos. Que este 25 de Mayo nos encuentre, pese a las incertidumbres y numerosas vicisitudes, dispuestos a continuar y, básicamente, a colaborar en la construcción de este país que todos hacemos a diario.

Estamos convencidos de que, en tiempos de crisis, la solidaridad cotidiana, la responsabilidad de estudiar para ser ciudadanos críticos, la de enseñar, dar afecto y transmitir nuestros mejores valores, podrán hacernos hoy, como en aquel 1810, un pueblo más libre”.