Los vecinos y ambientalistas nucleados en APAL (Junta Vecinal Laguna de Lobos, Casa de la Cultura de Lobos, Coplasa, Frente de Izquierda Unidad, Alianza Clima, Vida y Salud Lobos), brindaron un nuevo informe sobre los resultados recibidos del INTA Balcarce, correspondientes a las 25 muestras de la segunda etapa, primavera-verano, del monitoreo ambiental de agroquímicos plaguicidas.

Compartimos algunos de los datos dados a conocer a la prensa:

Agua de red

En las muestras de agua corriente de la red pública de la ciudad de Lobos, de Salvador María y Antonio Carboni, se registraron rastros de 11 plaguicidas y 3 de sus productos de degradación. De este conjunto, se pudieron detectar y saber en qué cantidad se encuentran 2 plaguicidas y un producto de degradación. En una de las muestras correspondiente al Barrio ex club Palermo se pudo medir el nivel de 2,4 D, al igual que sucedió en la bomba 19 en el primer muestreo, aunque en niveles más bajos, producto posiblemente de la dilución en el tanque que almacena y distribuye el agua de red, mostrando la continuidad en la aparición de este plaguicida en ambos momentos del año. Además la muestra del Barrio ex club Palermo se sometió a análisis de arsénico y se encontraron niveles elevados de este elemento, superando los establecidos por el Art. 982 del Código Alimentario Argentino (C A A).

En esta etapa de primavera-verano se registraron rastros de 9 plaguicidas y 3 de sus productos de degradación en las muestras correspondientes a pozos particulares del radio urbano de Lobos, en las inmediaciones de un complejo deportivo, de un jardín de infantes y de una escuela primaria, en Barrio Vinelli, en Villa Loguercio (pozo de la Junta Vecinal), en Antonio Carboni, en Paraje La Porteña, en Zapiola, camino a Uribelarrea y en la Escuela N° 3 de Chacras.

Agua superficial

En las muestras correspondientes al Arroyo Las Garzas, canal Salgado, del Toro y del puente debajo de la vía en el Camino a Salvador María, se registraron rastros de 16 plaguicidas y 3 productos de degradación. Se cuantificaron 9 plaguicidas y 2 de sus productos de degradación.

Suelo

Se pudieron medir niveles de AMPA y 2,4 D en granjas de producción agroecológica, donde no se utilizan los plaguicidas. En la Escuela N°3 de Chacras se detectaron y midieron rastros del plaguicida Atrazina y el producto de degradación del Glifosato, AMPA. En este muestreo de primavera-verano se registró un aumento en la cantidad de Atrazina en suelo respecto al muestreo anterior.

Material vegetal

Se registraron rastros de los herbicidas Atrazina y 2,4 D en hojas del arbolado urbano en cercanías de un jardín de infantes, una escuela primaria y una escuela secundaria. Esto implica que el tóxico estuvo en el aire cercano a estas instituciones educativas. Resultados del monitoreo completo (2 etapas, otoño-invierno y primavera-verano)

En total se han encontrado rastros de 25 plaguicidas y 4 de sus productos de degradación, entre herbicidas, insecticidas, fungicidas y sinergistas. Se encontraron plaguicidas en todos los sectores del ambiente en donde se tomaron muestras: suelo, sedimento, materia vegetal y agua, ya sea de zonas rurales o urbanas. Esto muestra la amplitud temporal y espacial en distribución de estos venenos y deja a la vista que los plaguicidas utilizados actualmente en la producción agroindustrial escapan de los lotes cultivados y llegan a distintos sectores del ambiente afectando la salud socio-ambiental.

Conclusiones finales

Podemos concluir que los productos químicos sintéticos utilizados en la producción agrícola no quedan sólo en el campo: están presentes en el suelo, en el aire que respiramos, en el agua que consumimos la población rural y la urbana, y en los cursos de agua muestreados en el territorio municipal.

La población se encuentra expuesta de manera crónica a pequeñas dosis de mezclas de plaguicidas en agua, con el agravante de convivir con una elevada concentración de arsénico en el agua de red.

En consecuencia, se vuelve prioritaria la necesidad de revisar las distancias de aplicación, considerando áreas sensibles (escuelas rurales, CAPS, zonas de bombeo de agua, etc.) como medida mínima e indispensable para asegurar la protección de la salud de las personas, los recursos vitales, así como otras actividades productivas y comerciales que se ven perjudicadas por el uso de estos productos contaminantes.

Asimismo, resaltamos la necesidad de debatir en conjunto, todas las partes involucradas, una transición hacia otras formas de producción agrícola menos dependiente de insumos químicos, tal como está sucediendo en distintas ciudades de nuestro país (Gualeguaychú, Guaminí) buscando apoyo técnico de científicos y trabajadores de organismos como INTA o estructuras ministeriales como la Dirección Nacional de Agroecología.

Ponemos a disposición toda esta información obtenida y generada a través de nuestras redes, incluyendo un link a una carpeta virtual con los documentos e informes que hemos elaborado.

Auguramos que este trabajo conjunto no quede en el olvido, haya sido un ejemplo y siga sucediendo con este nivel de precisión o mejor del que hemos podido obtener.

Señores representantes, esta es la vara que les estamos poniendo como comunidad, basta de negligencia y desconocimiento. Es lo que nos corresponde como sociedad y como personas, el derecho a un ambiente sano para nosotros y las generaciones futuras.

Para encontrar el informe completo, se debe ingresar en: https://drive.google.com/drive/folders/1W6b7KRjaBIXcJ4YePjZykogiFF_ZiEcb.

Agradecemos foto a Patricio Contrera, Lobos 24.

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