Con el Templo Parroquial colmado, el Párroco Luis Mena celebró anoche, junto al Padre Roberto Giecco, la Misa de Nochebuena, anunciando el nacimiento de Jesús.
El sacerdote ingresó al Templo llevando en sus brazos la imagen del niño para colocarlo en el pesebre preparado delante del altar.
Y en la parte final de la celebración, los fieles pudieron pasar a adorar al Niño.
En su Homilía, Mena remarcó que “hoy celebramos el amor de Dios, que se hizo igual a nosotros en todo menos en el pecado.
El que era grande se hace pequeño, el que era fuerte se hace débil, el que era rico se hace pobre, se hizo nada para que comprendiéramos su amor”.
“Dios sabe lo que nos pasa, nos conoce, sabe lo que sentimos con la alegría de un nacimiento y lo que sentimos con la partida de un amigo”, agregó.
El sacerdote pidió que “no está mal la fiesta, las luces, el brindis, compartir un regalo, pero que todo eso no nos haga perder el centro de lo que estamos celebrando, hoy estamos celebrando la vida y el amor de Dios”.
“Ojalá podamos ver a ese Jesús que vino en el rostro de mi hijo, de mi hermano, en el rostro de ese papá, abuelo que hoy, en este tiempo difícil, no están”, expresó Mena.
Y añadió que “deseo que el corazón de ustedes sea un pesebre donde Dios pueda nacer, que lo puedan descubrir en el otro, esta noche a la luz del pesebre es la noche de los hermanos nuestros hermanos y hermanas que la están pasando mal en estos momentos, los más necesitados, que no pueden estar afuera de nuestro corazón”.
“Deseo que nada de lo que hagamos empañe lo que estamos celebrando, que hoy podamos decir de corazón feliz Nochebuena y que podamos invitar al recién nacido a mi casa, sin importar como esté mi casa, y compartir mi vida como sea”, remató.
Hoy hay misas de Navidad a las 9 en el Hospital, a las 10,30 y 20 horas en el Templo, y a las 18 en Capilla Medalla Milagrosa, Ajó y Güemes.